Jaguares, una historia de superación tras cuatro temporadas y un subcampeonato

La franquicia argentina no tendrá actividad en 2021.

DEPORTES 24 de diciembre de 2020 Télam
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La franquicia argentina Jaguares no tendrá actividad en 2021 con la confirmación de que los cuatro equipos sudafricanos con los cuales compartía la zona en el Super Rugby jugarán otro torneo, el Pro 14 Europa, así quedará atrás una historia ligada a la superación y la grandeza de un equipo que alcanzó, tras jugar cuatro temporadas completas, el subcampeonato en 2019 como punto más alto.

En ese sentido, desde aquel primer partido jugado el 26 de febrero de 2016, cuando se le ganó en Bloenfontein (Sudáfrica) a Cheethas por 34 a 33, hasta el último celebrado el 7 de marzo pasado en Durban (Sudáfrica), cuando tocó perder 33-19 ante Sharks, en la inconclusa temporada 2020.

El final fue en el estadio de Vélez Sarsfield cuando no se jugó el cotejo ante Highlanders el 14 de marzo, debido a que se suspendió apenas una horas antes a causa de la inminente cuarentena que se iniciaba en Argentina por el coronavirus, determinando la Sanzaar que el cotejo quedará igualado sin tantos.

En total Jaguares jugó 73 partidos con notable paridad ya que ganó 36, perdió 36 y empató uno en los "escritorios", el mencionado 0-0 con Highlanders.

En 2016 sumó 4 triunfos y 11 reveses, en 2017 culminó con 7-8, en 2019 con 9-8, clasificando para los playoffs por primera vez siendo derrotado por Lions 40-23 en cuartos de final, y en 2019 culminó perdiendo la final 19-3 ante los poderosos Crusaders.

En la temporada 2020 en el momento de la suspensión estaba 3-3 y se le sumó la igualdad ante Highlanders. El máximo goleador de la historia de la franquicia fue Nicolás Sánchez con 391 puntos y el que marco más tries resultó Emiliano Boffelli con 21.

El crecimiento de Jaguares, dirigido dos años por Raúl Pérez, Mario Ledesma y luego por Gonzalo Quesada, fue sostenido y se convirtió en la fuente en donde abrevaron Los Pumas, con jugadores que hoy son figuras en el equipo nacional y en el rugby internacional, de hecho brillaron en el reciente Tres Naciones jugado en Australia.

La pandemia fue letal para los intereses de Jaguares que ya habían dejado de ser el equipo a vencer para las franquicias del hemisferio Sur, cumpliendo una especie de trámite, y que poco a poco ya inquietaban a las potencias en especial a las de Nueva Zelanda y Australia.

De aquella formación que comenzó su participación en 2016 hasta 2020 Jaguares pasó a ser el equipo que se sumaba para aprender a ese que les ganaba a los poderosos, provocando que la simpatía del principio se convirtiera en un llamado de atención y críticas tomando como argumento que los argentinos más que un equipo eran un seleccionado, y eso marcaba diferencias.

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La pandemia colaboró con los intereses de los oceánicos y cada país organizo su propio Super Rugby, dejando de lado a los sudafricanos y también a los Jaguares.

Ya no era bien visto por los oceánicos viajar a Argentina para jugar, el traslado era muy largo, demandaba demasiadas horas y un gasto elevado de dinero, por lo tanto la franquicia argentina se quedó sin nada y no ingresó en ningún proyecto, como por ejemplo el Trans-Tasman.

El objetivo de la UAR se cumplió con creces. La Unión implemento un proyecto formativo de Alto Rendimiento (PLADAR) con la intención de sumar jugadores de todo el país, darle un entrenamiento adecuado y una competencia exigente, hacerles un contrato y sumarlos a Los Pumas en el futuro y así fue.

Lo que nadie esperaba es que en apenas cuatro años el proyecto tuviera semejante éxito jugando una final ante los poderosos Crusaders dejando en el camino a franquicias calificadas y alumbrando a una camada de nuevos jugadores que le daban mayor vida al ambicioso plan.

Pero, la pandemia se instaló y eso cambió todo. Ante la imposibilidad de participar en una competencia oficial, la UAR le dio luz verde a los jugadores de Jaguares para poder aceptar ofertas del exterior, siguiente el camino iniciado a principios de año por Ramiro Moyano (Toulon), Pablo Matera (Stade Francais) y Tomás Lavanini (Leicester).

El siguiente en irse fue el entrenador Gonzalo Quesada (Stade Francais) y luego el éxodo fue imparable con las partidas de Jerónimo de la Fuente (Perpignan), Marcos Kremer (Stade Francais), Guido Petti (Bordeaux), Santiago Montagner (Stade Montois), Lucas Paulos (Brive) y Emiliano Boffelli (Racing), Matías Orlando (Newcastle), Matías Alemanno (Gloucester), Agustín Creevy (London Irish), Nahuel Tetaz Chaparro (Bristol), Joaquín Díaz Bonilla y Matías Moroni (Leicester), Tomás Cubelli y Santiago Medrano (Force de Australia), Joaquín Tuculet (Toronto)

Aun restan Jaguares por determinar su futuro, pero lo concreto es que el gran proyecto de la UAR se derrumbó como un castillo de naipes, justo en el año en que su buscaba consolidarse definitivamente entre los equipos de elite. 

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