Los árboles, el patrimonio que Mendoza cuida y celebra

Mendoza sin árboles no sería Mendoza: desde hace más de un siglo, la provincia tiene como política del Estado la conservación, cuidado y forestación de todos y cada uno de sus ejemplares, que hacen de la provincia un lugar único y premiado este año por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Solo en 2023 se plantaron 21.532 árboles y se invirtieron más de US$6.000.000 y 2.000 horas de trabajo en tareas de replante, conservación y forestación.

La Ley 7874 reglamenta todas las acciones para conservar, proteger, preservar y desarrollar el arbolado público, a través de todos los municipios, organismos nacionales y provinciales y con el respaldo de la comunidad y grupos científicos. Pero la protección de los árboles y el respeto de Mendoza por los ejemplares tiene larga data: durante la gobernación del General José de San Martín, en 1814, la Alameda fue extendida y forestada con una doble hilera de álamos que aún hoy están en pie.

Después de una epidemia de cólera, entre 1886 y 1888, el doctor Emilio Coni sugirió la construcción de un amplio parque que sirviera de cinturón ecológico y pulmón verde. Así nació uno de los emblemas de la provincia: el Parque General San Martín, diseñado por el célebre urbanista francés Carlos Thays.

Para proveer de árboles al resto de la ciudad y para que ese flujo de aire que aportaba el parque se extendiera a toda la ciudad, se implementó un plan de forestación integral urbana que finalizó en 1923 y dio a Mendoza el 80% del arbolado público hoy existente.

En 1934, el gobernador Ricardo Videla decretó el Día del Árbol el 15 de agosto para que todos los mendocinos tomaran conciencia de la importancia de los ejemplares.

En 1948, se promulgó la Ley Nacional 13273, que propicia la implantación y protección del arbolado y la realización de campañas de difusión. Mendoza adhirió y fue más allá: con La ley provincial 4609 incorporó el concepto de “bosque permanente”.

Es por eso que muchos de los turistas que llegan a Mendoza llegan a creer que el Área Metropolitana ha sido construida dentro de un bosque

Desde 1954, Mendoza cuenta con una Ley Provincial de Arbolado Público (2.376), modificada en 2008 por la Ley 7874, que establece más medidas de protección y mejora del medio ambiente. Además, instituye como Semana de la Forestación a la segunda semana de agosto.

Tal es la importancia del árbol para Mendoza, que la Fiscalía de Estado interviene en los controles de legalidad sobre todos aquellos temas relacionados con el cuidado de nuestro arbolado público, considerado patrimonio de todos los mendocinos.

Los beneficios de nuestros árboles

Gran Mendoza fue el único conglomerado urbano de América Latina en recibir el premio Tree Cities Of The World de la ONU, por su política forestal. Además de estas políticas, se realizan campañas de concientización permanente y se considera que dañar un árbol constituye un “delito ambiental”.

• Un árbol puede absorber hasta 150 kg de gases contaminantes por año y juega un papel importante en la mitigación del cambio climático. En las ciudades con altos niveles de contaminación, los árboles pueden mejorar la calidad del aire y hacer de las ciudades lugares más saludables para vivir.

• Al limpiar el aire, los árboles reducen el cáncer de piel, el asma, la hipertensión y otras enfermedades relacionadas con el estrés. Los árboles absorben y bloquean el sonido, lo que reduce hasta 40% la contaminación acústica. Vivir cerca a los espacios verdes puede mejorar la salud física y mental, al disminuir la presión arterial alta y el estrés.

• Bajan la temperatura entre 2 y 8 grados centígrados. Esto representa un ahorro económico en el consumo de energía y un beneficio sanitario contra los golpes de calor y el calentamiento por asfalto. Estudios han demostrado que un árbol puede producir el mismo efecto de enfriamiento que el aire acondicionado en una habitación.

• Aumentan la biodiversidad urbana, lo que contribuye a su vez al crecimiento de los espacios verdes y a la mitigación de especies peligrosas para la sanidad como las ratas.

• Los árboles maduros regulan el flujo de agua y desempeñan un papel clave en la prevención de inundaciones y la reducción del riesgo de desastres naturales.

El compromiso de la población

Los mendocinos sabemos el valor de nuestros árboles y podemos contribuir a conservarlos y respetarlos. Debemos recordar que la poda urbana está prohibida para todo particular y es una acción con multas graves. Los organismos autorizados a cortar ramas o extraer ejemplares son los municipios y, eventualmente, otros organismos públicos autorizados. Por lo tanto, el rol del vecino o frentista se restringe sólo a dar aviso a su municipio si ve peligro en alguna rama o detecta enfermedades en el ejemplar.

Tenemos que avisar cuando por falta de riego o de agua en las acequias se ve que un ejemplar se está secando.

Desde la Dirección de Biodiversidad y Ecoparque recuerdan que está prohibido:

– Atar a los ejemplares cables, alambres o carteles que “estrangulen” el tronco o las ramas de los árboles.
– Arrojar productos de limpieza a las acequias. Los árboles son seres vivos que se intoxican con sustancias químicas.
– Achicar el cantero de los árboles de la vereda: necesitan espacio para su crecimiento.